Hora Intermedia

V. Dios mío, ven en mi auxilio.
R. Señor, date prisa en socorrerme.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

HIMNO

Sólo desde el amor
la libertad germina,
sólo desde la fe
van creciéndole alas.

Desde el cimiento mismo
del corazón despierto,
desde la fuente clara
de las verdades últimas.

Ver al hombre y al mundo
con la mirada limpia
y el corazón cercano,
desde el solar del alma.

Tarea y aventura:
entregarme del todo,
ofrecer lo que llevo,
gozo y misericordia.

Aceite derramado
para que el carro ruede
sin quejas egoístas,
chirriando desajustes.

Soñar, amar, servir,
y esperar que me llames,
tú, Señor, que me miras,
tú que sabes mi nombre.

Gloria al Padre, y al Hijo,
y al Espíritu Santo. Amén.

SALMODIA

Ant. 1. «Si me amáis, guardaréis mis mandamientos», dice el Señor.

Salmo 118, 153-160
XX (Res)

Mira mi abatimiento y líbrame,
porque no olvido tu voluntad;
defiende mi causa y rescátame,
con tu promesa dame vida;
la justicia está lejos de los malvados
que no buscan tus leyes.
 
Grande es tu ternura, Señor,
con tus mandamientos dame vida;
muchos son los enemigos que me persiguen,
pero yo no me aparto de tus preceptos;
viendo a los renegados, sentía asco,
porque no guardan tus mandatos.
 
Mira cómo amo tus decretos,
Señor, por tu misericordia dame vida;
el compendio de tu palabra es la verdad,
y tus justos juicios son eternos.

Ant. «Si me amáis, guardaréis mis mandamientos», dice el Señor.

Ant. 2. Que el Señor te bendiga y veas la paz todos los días de tu vida.

Salmo 127
PAZ DOMÉSTICA EN EL HOGAR DEL JUSTO
Que el Señor te bendiga desde Sión, es decir, desde su Iglesia (Arnobio).

Dichoso el que teme al Señor
y sigue sus caminos.
 
Comerás del fruto de tu trabajo,
serás dichoso, te irá bien;
tu mujer, como parra fecunda,
en medio de tu casa;
 
tus hijos, como renuevos de olivo,
alrededor de tu mesa:
ésta es la bendición del hombre
que teme al Señor.
 
Que el Señor te bendiga desde Sión,
que veas la prosperidad de Jerusalén
todos los días de tu vida;
que veas a los hijos de tus hijos.
¡Paz a Israel!

Ant. Que el Señor te bendiga y veas la paz todos los días de tu vida.

Ant. 3. El Señor peleará a tu favor.

Salmo 128
ESPERANZA DE UN PUEBLO
La Iglesia habla de los sufrimientos que tiene que tolerar (S. Agustín).

¡Cuánta guerra me han hecho desde mi juventud
-que lo diga Israel-,
cuánta guerra me han hecho desde mi juventud,
pero no pudieron conmigo!
 
En mis espaldas metieron el arado
y alargaron los surcos.
Pero el Señor, que es justo,
rompió las coyundas de los malvados.
 
Retrocedan avergonzados,
los que odian a Sión;
sean como la hierba del tejado,
que se seca y nadie la siega;
 
que no llena la mano del segador
ni la brazada del que agavilla;
ni le dicen los que pasan:
"que el Señor te bendiga".
 
Os bendecimos en el nombre del Señor.

Ant. El Señor peleará a tu favor.

TERCIA

LECTURA BREVE Sb 8, 21

Comprendí que no podría poseer la sabiduría si Dios no me la daba, y ya era un fruto de la prudencia saber de quién procedía esta gracia.

V. Ésta es la virgen sensata.
R. Que el Señor encontró velando.

ORACIÓN

Señor, Dios nuestro, que por tu Espíritu has suscitado a santa Teresa de Jesús, para mostrar a tu Iglesia el camino de la perfección, concédenos vivir de su doctrina y enciende en nosotros el deseo de la verdadera santidad. Por nuestro Señor Jesucristo.

SEXTA

LECTURA BREVE 1 Co 7, 25

Respecto al celibato no tengo órdenes del Señor, sino que doy mi parecer como hombre de fiar que soy, por la misericordia del Señor.

V. Ésta es la virgen sensata.
R. Una del número de las prudentes.

ORACIÓN

Señor, Dios nuestro, que por tu Espíritu has suscitado a santa Teresa de Jesús, para mostrar a tu Iglesia el camino de la perfección, concédenos vivir de su doctrina y enciende en nosotros el deseo de la verdadera santidad. Por nuestro Señor Jesucristo.

NONA

LECTURA BREVE Ap 19, 6. 7

Reina el Señor, nuestro Dios, dueño de todo; alegrémonos y gocemos y démosle gracias, porque llegó la boda del Cordero, y su esposa se ha embellecido.

V. Encontré al amor de mi alma.
R. Lo abracé y ya no lo soltaré.

ORACIÓN

Señor, Dios nuestro, que por tu Espíritu has suscitado a santa Teresa de Jesús, para mostrar a tu Iglesia el camino de la perfección, concédenos vivir de su doctrina y enciende en nosotros el deseo de la verdadera santidad. Por nuestro Señor Jesucristo.

CONCLUSIÓN

V. Bendigamos al Señor.  
R. Demos gracias a Dios.